En 1982 SEIKO inventó el TV Watch (un reloj de pulsera que además, hacía las funciones de televisor). No fue un éxito en ventas pero demostró que los relojes podían servir para algo que más que para dar la hora.

Casi 32 años después se sigue dando vueltas a la idea de que un reloj puede y debe servir para muchas otras cosas: contestar llamadas, hacer fotos o acceder a las redes sociales.

Muchos opinan que el futuro de estos relojes es incierto… Y es que están generando mucho impacto mediático pero pocas ventas. Por ello, su futuro sigue siendo una incógnita por muchos millones que se invierta para convencer al consumidor de que necesita ponerse uno.

¿Tú que opinas?

Hoy leemos en La Nueva España una noticia sobre este tema que queremos compartir porque nos ha parecido muy interesante. Podéis leerla aquí.