Suena duro pero así es el mundo de la tecnología: un día está arriba y al día siguiente, sin comerlo ni beber, te caes… El último en caer ha sido el plasma que ha perdido popularidad.

Nos cuenta El Confidencial, que «El plasma ha muerto«. Era considerado lo último en cuanto a la fabricación de pantallas de gran formato se refiere. Pero con el tiempo ha perdido popularidad. 

Informa que Samsung, por lo visto, confirmó la semana pasada que cerrará a finales de este año su negocio de televisores de plasma «debido a los cambios en las demandas del mercado». La decisión del gigante tecnológico supone un duro varapalo para esta tecnología, aunque lo cierto es que muchas otras marcas ya habían firmado su sentencia de muerte hace bastante tiempo.

Hitachi, Panasonic, Pioneer o Sony son sólo algunos ejemplos de fabricantes que han apostado por abandonar el plasma. Y LG, una de las pocas compañías que todavía sigue fabricándolo, pronto podría seguir el mismo camino según sitios de internet especializados como Yonhap. ¿Qué es lo que está provocando el fin tan prematuro de esta tecnología?

-el hecho de que los televisores de plasma sean más caros de fabricar,

– la dificultad de mejorar su resolución, 

– el grosor 

– y el consumo de energía.

Los televisores LCD y LED utilizan pantallas hechas de cristales líquidos que se retroiluminan para crear imágenes, mientras que los de plasma se componen de píxeles llenos de gas que se iluminan individualmente en diferentes colores cuando se les aplica una corriente eléctrica. Esta característica hace que resulte más caro fabricarlos, así como el ampliar su resolución.

IHS informó recientemente que los envíos de televisores de plasma cayeron el 16% a nivel mundial en el primer trimestre de 2014 en comparación con el año anterior, y que estos dispositivos están en camino de desaparecer definitivamente de la industria.

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