En la mal llamada «nueva normalidad» es muy probablemente que haya que familiarizarse con unos objetos que parecían estar restringidos a un entorno hospitalario. Las mascarillas van a ser, durante los próximos meses y quizás años, un complemento de moda para prevenir nuevos contagios por coronavirus Covid-19. 

A falta de una vacuna, las sociedades de todo el mundo van a tener que acostumbrarse a estar rodeados de soluciones tecnológicas para poder entrar en la fase de desescalada. Al evaluar las medidas de seguridad más efectivas, el 55% se decanta por la gestión de acceso con reconocimiento facial, control de temperatura y mascarilla. El 34%, por las cámaras termográficas con control de temperatura y desinfección de instalaciones con ozono.

Seguir leyendo