Muchas empresas, a la hora de decidirse a incorporar la tecnología a su negocio, se preguntan qué tipo de software es más adecuado para ellas, uno comprado o uno desarrollado a medida. Para tomar una decisión correcta es necesario tener en cuenta todos los factores.
Un software comprado es generalmente más barato a corto plazo, sin embargo resulta más caro a medio y largo plazo.
El software no pertenece a la empresa, por tanto hay que correr con unos gastos de licencia. Además estos software cuentan con muchas funcionalidades y quizá la empresa necesite sólo algunas, por lo que el resto se estaría desperdiciando.
Con frecuencia, las empresas tienen que cambiar su forma de realizar ciertas actividades al usar un software comprado si éste no les permite hacerlo de la manera a la que acostumbraban, lo que se traduce en pédida de tiempo y productividad. La empresa no es dueña del software y por ello no puede modificarlo a su antojo.
Un software a medida es, por lo general, más caro y su desarrollo más lento. Sin embargo, una vez terminado, la empresa es dueña del mismo, por tanto se eliminan los gastos de licencia. Además, al haber sido desarrollado a medida, cuenta con las funcionalidades que la empresa va a utilizar, sin incluir otras que sean innecesarias. Asimismo, si la empresa evoluciona en la forma de realizar sus actividades, puede modificar el software para que se adapte a los cambios.
Hay que preguntarse además si buscamos una solución para una de las actividades principales de nuestra empresa, para lo que sería muy recomendable decidirnos por un software a medida, dadas las ventajas anteriormente citadas.
Por tanto, no hay una regla de oro que nos permita saber cuál es la mejor opción para todas las empresas, si no que cada una ha de estudiar su propia situación y decidir, en base a ello, cuál es la que más le beneficia.