La aparición del Software as a Service (SaaS) supuso una auténtica revolución en la zona, y su uso continúa evolucionando en la actualidad. Sin embargo, ¿Qué tecnologías permanecen detrás y se hicieron disponibles con el propio SaaS?
En el campo empresarial, el Cloud Computing tiene todo a su favor para ser una pieza primordial para la revolución digital impulsada por el Software as a Service.
Para los proveedores de tecnología, abre nuevas puertas para los clientes como las Pymes o los mercados emergentes, que previamente no podían aceptar los importantes costes de inversión que la tecnología lo requería.
El modelo de la larga cola es válido para los grandes proveedores de las 3 primordiales clasificaciones de servicios en la nube: IaaS, PaaS y SaaS. En los 3 casos, los proveedores hacen gigantes inversiones en infraestructuras y poseen costes cambiantes bastante bajos.
De esta forma, su objetivo son tanto los pequeños usuarios como las grandes organizaciones, aunque en particular estas últimas, pues su enorme demanda de capacidad computacional garantiza una fuente de ingresos bastante significativa y más estable que en la situación de las pequeñas.
Cloud computing
El cloud computing es un nuevo modelo de uso y entrega de recursos, como prestación de servicios de comercio y tecnología, que posibilita al cliente entrar a un catálogo de servicios estandarizados.
De hecho, el Cloud Computing no solo constituye un desarrollo tecnológico, sino que además potencializa a la sociedad en su grupo. La tecnología se hace accesible a territorios e individuos que no disponen de la capacidad para invertir en infraestructura tecnológica que actualmente son necesarios para su desarrollo económico-social.
La proliferación de la nube puede dar por sentado un salto cuantitativo en el momento de equilibrar el lote de juego y apoyar al desarrollo de las naciones emergentes y del tercer mundo.
Tecnologías de Atención al Cliente
Las tecnologías de atención al cliente han crecido considerablemente con los productos SaaS. En el entorno cliente/servidor, las organizaciones de programas clásicos tenían problemas para saber quiénes eran sus consumidores, y además para tener entendimiento de qué hacían con el programa y con qué frecuencia lo usaban. Uno podía instalar un software y utilizarlo sin que nadie más supiera que lo estaba haciendo.
Las aplicaciones SaaS les permiten ver cómo utilizan los clientes el programa. Los datos de los consumidores se almacenan en los servidores de las organizaciones.
No hablamos de un ‘Gran Hermano’ vigilando, ni de una amenaza a la privacidad de los consumidores. Las aplicaciones SaaS no poseen la costumbre de guardar información personal identificable. Más bien, la supervisión del comportamiento de los consumidores posibilita a las organizaciones de SaaS cooperar más estrechamente con ellos.
Tienen la posibilidad de ver cómo los consumidores usan o no el producto, ayudarles a emplearlo mejor, señalar dónde usan las mejores prácticas y dónde no, adaptar sus esfuerzos a los clientes que requieren ayuda y ocupar su tiempo de manera más provechosa.
Saber quiénes son los consumidores y cómo usan los productos es información de oro, y las aplicaciones SaaS permiten realizarlo. Esto conduce a superiores resultados para el comercio y para los clientes.
SaaS no es solo una forma mejor de proporcionar Software, sino una forma más óptima de saciar las necesidades de los usuarios.
Fuente: Blog de Muy Pymes