No es oro todo lo que reluce… Por muchas ventajas que tengan de las nuevas tecnologías (mejoras en la comunicación, acceso a la información, etc) también tienen un lado oscuro… En Diario Veloz nos cuentan que pueden provocar adicción o agotamiento con un uso indebido.

Y es que, según los expertos, si no se establece un límite en la utilización de estos medios, su uso puede causar agotamiento intelectual, alteraciones de sueño o irritabilidad. «Hablamos de la existencia de trastornos cuando la utilización de la tecnología impide el desarrollo de la vida plena, afecta la calidad de vida y la persona se encuentra perturbada«.

Se identifica como «tecnoestrés» a los efectos psicológicos negativos del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

Actualmente, se reconocen tres variantes: tecnoansiedad, que es una sensación no placentera de tensión y malestar por el uso de tecnología; la tecnofatiga, que es aparición del cansancio mental e incapacidad para estructurar y asimilar la nueva información de internet y la tecnoadicción, que es la necesidad incontrolable de usar la tecnología en todo momento y lugar.

Durante 2013 en Buenos Aires la consulta por tecnoadicción aumentó entre un 30 y 45 por ciento lo que ha generado una preocupación por su creciente incremento en los últimos tres años.

La nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) que elabora la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) ha incorporado el «trastorno de uso de internet» y el «trastorno de juegos de internet» y, si bien especifica que se requiere mayor investigación, es la primera vez que este manual incorpora estas patologías para su análisis.