El proyecto europeo «Fruitgrading» pretende lograr una tecnología de bajo coste que permita clasificar la fruta con criterios de calidad. En el mismo participan seis países.
«Esta tecnología optimizará la selección de frutas de acuerdo con su calidad y, sobre todo, con sus características internas; de manera que los productores podrán identificar el producto de más alta calidad garantizando al consumidor una fruta ‘premium’ al mejor precio», explica María Martín, directora de investigación y desarrollo rural de La Rioja.
En las centrales hortícolas se suele clasificar la fruta de una forma automática en base a sus características morfológicas y a su apariencia externa para establecer diferentes categorías. Con esto se optimiza el valor total de la producción, ya que se pueden ofrecer distintas calidades.
Sin embargo, con este proceso no se refleja la calidad del producto, que exige otras propiedades como sabor y aroma, valor nutritivo, estado de maduración, constitución química o propiedades mecánicas y funcionales. Por ello los métodos tradicionales de clasificación de la fruta resultan muy limitados.
El proyecto «Fruitgrading», que comenzó en enero de 2012, apostó por el desarrollo de una nueva tecnología para la clasificación de la fruta basado en sensores no destructivos ni invasivos, facilitando a las centrales la diferenciación de sus productos de acuerdo con los niveles de calidad que se persiguen.
En este periodo se ha investigado sobre dos nuevos sistemas basados en la tecnología ‘LED’ y en la inducción magnética para conocer el estado de madurez interno de la fruta. De este modo, se podría ofrecer al consumidor una nueva línea de calidad superior con el producto que está en su mejor punto para consumir o que tiene mayor contenido en azúcar o acidez, en función de lo más apropiado para cada fruta.